marzo 23, 2020

Devocionales CMVida Infantil

Nº 3 


¿Cómo llegar a ser un hijo de Dios?



3.-  RESULTADOS DE LAS DESICIONES
·      Base bíblica: Génesis 3:21-24, Romanos 6:12:21
·      Verdad central: El pecado nos aleja de Dios
·      Objetivos:
- Conocer las consecuencias del pecado.
- Aceptar que el pecado nos separa de Dios.
- Decirle a Jesús que necesitamos su perdón.

Presentación del estudio.

Después de que Adán y Eva desobedecieron a Dios a comer del fruto prohibido se sintieron muy tristes por lo que habían hecho. El pecado se sembró en su corazón y los hizo sentir culpables, por eso, se escondieron. ¿Se han sentido culpables cuando han hecho algo malo? Por ejemplo, se comieron el último pedazo de torta del refrigerador, aunque sabían que era de su hermano. ¿Han sentido deseos de esconderse cuando saber que descubrieron lo que hicieron? Creo que todos nos hemos sentido así.
El Señor llamó a Adán y le preguntó: “¿Dónde estás? Él contestó “Oí tu voz, sentí miedo y me escondí”. ¡Ellos sabían que habían actuado mal! Y su desobediencia, tuvo consecuencias devastadoras, a partir de ese momento las cosas para ellos comenzaron a cambien, lo peor de todo era que ya no tendrían relación directa con el Señor. A partir de ese momento Dios no podía relacionarse directamente con ellos. Después de darles ropa, el Señor les dijo que abandonaran el huerto. Ya no disfrutarían del hermoso Edén, de comer deliciosas frutas y jugar con los animales, ahora tendrían que trabajar la tierra para poder comer. Debían sufrir la separación con su Creador, la muerte, la maldad, el dolor, la enfermedad estaba en sus corazones, y no podían hacer nada para arrancarla de allí. ¿Saben niños?, lo detestable del pecado no es la forma incorrecta en que nos comportamos, lo verdaderamente malo, y que más daño nos hace es nos separa de Dios.
El pecado de Adán y Eva fue trasmitido a sus hijos, luego a sus nietos y así sucesivamente hasta llegar a nosotros hoy. El pecado es como un virus o una herencia que recibimos de la primera pareja de la creación, Adán y Eva. Es así como los hombres nacemos con el pecado. Dice la Biblia que todos, sin excepción hemos pecado. Ninguna persona puede decir que nación sin él. Los niños también pecan, cuando saben lo que es bueno y no lo hacen pecan, cuando haces lo que quiere y no obedeces a Dios pecas, pecas cuando te enojas y ofendes a otros, tus padres pecan, tus abuelos pecan, tus humanos, todos pecan. Solo uno vivió sin pecado y ese fue Jesús.
El Señor odia el pecado, esta palabra es  fuerte, pero así es su reacción ante lo malo. Dice la Biblia que ÉL abomina, detesta, aborrece y le produce asco el pecado. ÉL es santo, puro, sin macha y no puede juntarse con los pecadores, porque su naturaleza se lo impide. Lo más triste es que si estamos en maldad morimos sin su perdón, estaremos destinados a vivir separados de él para siempre. ¡Pero hay una solución! La sangre de Jesús puede limpiarnos, si nos acercamos a ÉL, nos perdona y podremos tienes una relación con Dios y gozar de sus bendiciones. El amor de Dios es tan grande que nos permite elegir, lo amamos o lo despreciamos.

Actividades

-En un vaso transparente ponga un poco de agua explique que así era cuando Adán y Eva vivían el Edén sus corazones estaban limpios por la relación que tenían con Dios. Póngale papeles al vaso de preferencia sucios, con tierra y explique que cuando ellos decidieron desobedecer a Dios sus corazones estaban sucios por lo tanto no podían habitar con Dios porque ÉL es puro y Santo. Luego comience a ponerle agua limpia al vaso hasta que vaya saliendo toda la tierra, y explique, cuando Dios entra a nuestros corazones, ÉL nos limpia de nuestro pecado y podemos volver a tener comunión con ÉL. Dirija al niño en una oración para que le pida a Jesús que limpie su pecado y entre en su corazón.
- Elabore dos corazones de papel blancos, y tenga a mano papeles negros y algodón. Pídales a los niños que digan algunas cosas que son pecados como mentir, desobedecer a los padres, decir ofensas a otros… Cuando digan una acción que es pecado pídale que tome un papel negro y lo arrugue lo más posible y péguelo en uno de los corazones, hágalo hasta que el corazón quede muy negro. Luego pídale que mencione aquellas cosas que Dios demanda de nosotros como obedecer, compartir, leer la palabra, orar… Cuando vaya mencionando las acciones dígale que pegue suavemente algodón en el otro corazón. Pregunte ¿En qué corazón crees tú que Jesús habita? ¡Exacto en el blanco! Explíquele que nuestro corazón sin Jesús es negro y sucio y nos separa de Dios; en un corazón sucio y oscuro Dios no habita porque él es puro, Santo y sin mancha. Dios puede limpiarnos de nuestro pecado y  ÉL habita, cuida y ama un corazón que decide obedecerle, un corazón que busca ser Santo como ÉL.
- Realice el crucigrama sugerido acerca del estudio de hoy.

Versículo para memorizar: 
“LA PAGA DEL PECADO ES MUERTE”  (Romanos 6:23)





Les presentamos parte del trabajo realizado por nuestros amados niños y sus 
familias








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