“La iglesia tiene que
enseñar o se muere,” es un adagio muy viejo que nos recuerda que la fe
Cristiana si no se enseña se extingue. En el ministerio de la educación, la
iglesia enseña a esta generación los entendimientos, tradiciones, y estilos de
vida de la comunidad Cristiana. Al mismo tiempo que las demandas del evangelio
son personales, el mensaje del evangelio cristiano es para todos aquellos y
aquellas que viven aquí y ahora.
La responsabilidad de la iglesia es:
a) Dar el mejor testimonio posible tanto de lo que Dios ha hecho como lo que Dios está haciendo en el mundo.
b) Actuar como agentes de Dios en el trabajo por el amor, la justicia, y la reconciliación entre todas las personas.
La tarea más
grande de la educación cristiana es equipar las personas para enfrentar la
misión de la iglesia en nuestro mundo. Esta misión está dirigida hacia las
personas. Consiste primordialmente en testificar a la gente y comunicar la fe
de tal manera que capacite a las personas, tanto dentro como fuera de la
iglesia, a escuchar y responder a la palabra y los hechos de Dios en la vida
común en este mundo.