La lección pasada aprendimos que Dios había ordenado a su pueblo que le construyera un Templo donde pudiesen ir ellos a ofrecer sus sacrificios y el cual seria el lugar donde Dios habitaría. Sin embargo, en este templo, había un lugar muyyyy especial!!! Este lugar era llamado
el lugar santísimo!!!!! era un lugar especial donde sólo una vez al año y entre los sacerdotes se elegían un solo sumo sacerdote para
que entrara allí.
Así cuando entraba el sumo sacerdote para adorar a
Dios, dejaba atado por un lado de su tobillo una cuerda y el otro
extremo dejaba fuera del lugar santísimo, para prevenir en caso de
accidente. En la punta del vestido del sumo sacerdote estaba colgada una campanita, esto era para que los otros puedan escuchar la campana y así
saber si el sacerdote seguía vivo y aun adoraba a Dios. Pero ¿ Qué habría
pasado si la campana no se escuchaba? Si no se escuchaba era porque el sacerdote había muerto, pues no se había presentado en santidad y comunión con Dios. Imagínense lo difícil que esto era!!!!

Es por eso que Jesús perdono todo nuestro pecado muriendo una sola vez en la cruz, derramando su sangre, y el velo que dividía el lugar santo con el lugar santísimo y que impedía que todos nos pudiésemos acercarnos a Dios, fue cortado desde arriba hacia abajo para que en el nombre de Jesús podamos encontrarnos directamente con Dios. Así por la única muerte de Jesús en la cruz, por su sangre, todo nuestro pecado fue perdonado. Así los que no confían en la sangre de Jesús no podrán conocer a Dios ni ofrecer la adoración.

Nosotros que confiamos en la preciosa sangre de Jesús debemos ofrecer la adoración a Dios con el corazón verdadero y perfecto, sobre todo presentarnos personalmente ante El, pedirle perdón sincero por nuestros errores y contarle nuestras coas como se la contaríamos a la persona mas cercana. Durante muchos años el pueblo de Dios NO tuvo este privilegiado, sin embargo, hoy tenemos libre acceso al Señor. Nuestros hijos y los niños de nuestra iglesia deben tener esa confianza y saber que el Señor es un Dios cercano que los quiere escuchar y tener cerca!!!
Es por eso que Jesús perdono todo nuestro pecado muriendo una sola vez en la cruz, derramando su sangre, y el velo que dividía el lugar santo con el lugar santísimo y que impedía que todos nos pudiésemos acercarnos a Dios, fue cortado desde arriba hacia abajo para que en el nombre de Jesús podamos encontrarnos directamente con Dios. Así por la única muerte de Jesús en la cruz, por su sangre, todo nuestro pecado fue perdonado. Así los que no confían en la sangre de Jesús no podrán conocer a Dios ni ofrecer la adoración.

Nosotros que confiamos en la preciosa sangre de Jesús debemos ofrecer la adoración a Dios con el corazón verdadero y perfecto, sobre todo presentarnos personalmente ante El, pedirle perdón sincero por nuestros errores y contarle nuestras coas como se la contaríamos a la persona mas cercana. Durante muchos años el pueblo de Dios NO tuvo este privilegiado, sin embargo, hoy tenemos libre acceso al Señor. Nuestros hijos y los niños de nuestra iglesia deben tener esa confianza y saber que el Señor es un Dios cercano que los quiere escuchar y tener cerca!!!
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