abril 16, 2018

Soy una oveja


En la Biblia las personas continuamente somos comparadas con ovejas.
Fíjate que cosa tan curiosa: todos los animales tienen algún mecanismo de defensa. El toro embiste, el gato araña, el perro muerde, el conejo corre, el mono trepa, la tortuga se esconde en su caparazón pero ¿y la oveja qué puede hacer? Nada. La oveja es débil, es casi ciega (no ve a más de dos o tres metros de distancia) y tan estúpida que cuando se acerca el lobo en lugar de esconderse, lo atrae con sus balidos.

Dicho de otro modo: la oveja no puede defenderse a sí misma. Por eso es tan importante que cerca del rebaño haya un pastor que proteja su vida.


Las personas somos iguales que las ovejas: débiles ante el pecado, ciegas ante las trampas del maligno y estúpidas. Por nosotras mismas, no podemos derrotar a un ser mucho más astuto como el diablo. Por eso necesitamos de un pastor en una iglesia que nos guíe, oriente y defienda de la voracidad de un león famélico y fiero.

A continuación, te invitamos a ver nuestra interpretación de la canción "Soy una oveja" 


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