Recuerdan haber escuchado la historia de Abraham y Sarah? Algo que deberías saber sobre Abraham es que
Dios hizo el pacto (o la promesa) de que tendría muchos hijos, que comenzaría
muchas naciones, y lo más importante: que Dios estaría con él y con todas
estas naciones. Esta promesa la heredarían todos los primogénitos por
muchos años.
Dios
hizo lo que prometió y Abraham tuvo un hijo llamado Isaac. Lo genial es
que esta historia es acerca de Isaac, quien ya creció y está casado con una
dama llamada Rebeca.
Rebeca
tampoco pudo tener hijos pero Isaac había aprendido de su padre que si oraba a
Dios, este podría escuchar su plegaria. En efecto, Dios respondió a las
oraciones de Isaac y su esposa quedó embarazada, ¡y no sólo de un bebé, sino de
gemelos!
¿Recuerdas
que tu mami haya tenido la barriguita grande porque había un bebé creciendo
adentro? Hay algo genial que puede pasar mientras el bebé está
creciendo: ¡se mueve! Los bebés se mueven por todas partes mientras
están en la barriguita y algunas veces puedes sentir o ver como se mueven.
Rebeca
sintió lo mismo que sienten todas las mamás cuando van a tener un bebé.
Solo que sintió que sus bebés se movían tanto que preguntó a Dios:
"¿por qué me pasa esto?"
Estaba
preocupada por la forma como se movían dentro de ella. Dios le respondió
diciendo: "Tus hijos son muy diferentes el uno del otro, uno de
ellos será el líder de un grupo de personas que es más fuerte que el otro y el
hijo mayor servirá al menor."
Esto
era extraño porque usualmente si eres el hijo mayor en la familia, el hermano o
hermana menores los admiran y quieren hacer lo que el mayor hace. Pero en
este caso el hermano mayor trabajaría para el menor.
Cuando
los gemelos nacieron, el primer hijo, es decir el mayor, recibió por nombre
Esaú. Es fácil de recordar porque se veía enrojecido y peludo por todas
partes. Justo detrás de él vino su hermano menor Jacob.
A
medida que los niños crecían, disfrutaban haciendo cosas diferentes. Esaú
era bueno para cazar y disfrutaba haciendo cosas afuera y a Jacob le gustaba
quedarse en casa y hacer cosas solo.
Como
Jacob se quedaba tanto en casa, aprendió a cocinar con su mamá. Un día
preparó un poco de su delicioso estofado que les gustaba a todos. Esaú
había salido a cazar temprano en la mañana y estaba muy hambriento. Tan
hambriento que podía oler el estofado desde la distancia.
Tan
pronto como Esaú llegó a casa preguntó a Jacob, "Pronto, dame un poco de
tu estofado, ¡me muero de hambre!" Jacob contestó, "primero
dame tus derechos de primogénito."
¡Espera
un minuto! Tal vez te estés preguntando que son los derechos de
primogénito… la familia de Jacob y Esaú creía que el hijo mayor debería recibir
el doble de todas las cosas que dejaran cuando murieran (estos eran los
derechos de primogénito). Cosas como el dinero y la granja con todos los
animales.
Así
que cuando Jacob le pidió a Esaú su derecho de primogénito, Esaú debería haber
dicho: "¡De ninguna manera! Es algo especial para mí y debo
usarlo porque todo regalo que recibo es un regalo de Dios."
En lugar
de eso, Esaú solo podía pensar en lo hambriento que estaba y dijo:
"Sí, puedes tener mi derecho de primogénito, solo dame un poco de comida
porque me muero de hambre."
Esaú
hizo mal al escoger la comida por encima de su derecho de primogénito.
Tomó una decisión que no podía cambiar y decepcionó a Dios al no ver la
importancia de su regalo especial que recibiría en el futuro, y al escoger en
su lugar algo tan tonto como un plato de sopa.
La
historia no termina aquí. La siguiente parte de esta historia es sobre
Jacob y las malas decisiones que toma.
Isaac
estaba envejeciendo y ya no podía ver. Quería darle a su hijo mayor Esaú, su
favorito, su bendición antes de morir. Esta bendición era la promesa
especial que había hecho Dios a su abuelo Abraham, y luego a su padre Isaac.
Isaac
disfrutaba de la comida que cazaba Esaú. Así que le dijo a Esaú que fuera
a cazar y que preparara una comida especial para él, y que luego le daría la
bendición.
Rebeca
oyó por accidente a Isaac cuando le hablaba a Esaú y corrió a decirle a su hijo
favorito Jacob. Ella dijo a Jacob, "Tu padre está a punto de darle
la bendición a Esaú y yo quiero que tú la recibas en lugar de él. Debes
ir y traerme dos de nuestras cabras, yo las prepararé de la forma en que le
gusta a Isaac. Luego tu puedes llevárselas y el te dará a ti la
bendición."
Jacob
respondió, "Pero, madre, Esaú es un hombre peludo. ¿Qué pasa si papá
me toca y se da cuenta de que lo estoy engañando?"
Su
madre le dijo, "No te preocupes, puedes vestir las ropas de Esaú y
pondremos el pelo de la cabra en tus manos y cuello y así nunca lo sabrá."
Así
lo hicieron y Jacob fue a ver a su padre, fingiendo ser Esaú.
"Hola,
papá", dijo Jacob.
"Hola,
¿Quién eres?" preguntó su padre.
"Soy
yo, Esaú. Te he traído la comida que querías, y ahora me puedes dar mi
bendición." Mintió Jacob.
"Acércate
para tocarte y saber que eres realmente mi hijo mayor Esaú, dijo su padre.
Así
que Jacob se acercó a Isaac y este sintió sus manos y dijo: "Tu voz
es como la de Jacob pero tus manos son como las de Esaú. ¿Eres realmente
Esaú?"
Y
Jacob decidió mentir nuevamente: "Lo soy."
Así
que Isaac comió y cuando terminó dijo: "ven y dame un beso."
Cuando Jacob fue a besarlo, Isaac olió las ropas que vestía, solo para
asegurarse de que oliera como Esaú. Como Jacob estaba vistiendo las ropas de
Esaú, su padre creyó que estaba con Esaú y dio la bendición a Jacob.
Tan
pronto como Jacob había terminado de recibir la bendición, creyó haber oído que
Esaú se acercaba, así que se escabulló rápidamente por la parte de atrás de la
tienda. Y apenas se estaba alejando cuando Esaú entró a la tienda con la comida
que había preparado para su padre.
Su
padre preguntó, "¿Quién eres?"
"Soy
yo, tu hijo Esaú. Estoy aquí para recibir mi bendición," dijo Esaú
confundido.
"Acabo
de darte tu bendición." Entonces Isaac comenzó a darse cuenta de que
había sido engañado, tal como lo había pensado. Esaú comenzó a llorar y a
gritar: "¡Bendíceme a mi también, padre!"
"Ya
no quedan más bendiciones", dijo su padre tristemente.
Esaú
estaba muy disgustado con su hermano Jacob por lo que había hecho, así que
Jacob tuvo que huir para ponerse a salvo.
Después
de que Jacob huyó, fue engañado, tal como había engañado a su padre. Tuvo
que esperar siete años antes de poder estar con la mujer con la que quería
casarse, ¡y luego fue engañado con la mujer equivocada!
Basado en Génesis 25:24-27 y 27:41-43
¡Vaya historia! Ambos hermanos hicieron cosas que no deberían haber hecho, y tomaron decisiones equivocadas que no podían cambiar. Ten cuidado con las decisiones que tomas, nunca sabes cómo cambiarán tu vida más adelante.
gracias
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