noviembre 24, 2015

Particpación niños en hermosa danza

Este domingo nuestros niños tuvieron la oportunidad de participar en la escuela dominical con una hermosa danza, con la cual honraron al Señor  y deleitaron a los hermanos con su talento.
Damos muchas gracias al Señor porque permite que nuestros niños tengan una activa participación en nuestra iglesia y puedan servirle al Señor desde pequeñitos con los diversos talentos que El ha puesto en ellos. La idea es hacer parte a nuestros hijos de las diversas actividades, con el fin que desde pequeños ellos sientan pertenencia a la iglesia del Señor hasta que nuestro Dios por misericordia tenga un encuentro personal con ellos.

Les dejamos algunas imágenes para que disfruten!!!








QUE TENGAN UNA HERMOSA SEMANA DIOS LES BENDIGA!!!!

noviembre 18, 2015

Dios da la victoria a Gedeon


La historia de Gedeón la podemos en contra en Jueces Cap. 6 al 8, es una historia hermosa en donde una vez más podemos ver como el Señor hace fuerte al más débil y pelea nuestras batallas.
En este tiempo, los israelitas estaban en mucha dificultad otra vez porque no obedecían a Jehová. Ellos estaban viviendo en idolatría y pecando contra Dios. Por tanto el permitió que los madianitas les afligieran, como consecuencia de su pecado. Los madianitas se habían hecho más poderosos que ellos y les causaban daño, robándole todas sus cosechas lo cual no les permitía a los Israelitas ni siquiera dormir tranquilos. Así que los israelitas piden ayuda a Jehová, y Jehová oye sus clamores.

Jehová le dice a Gedeón que se consiga un ejército para que vayan a luchar contra los madianitas, así que Gedeón junta a 32.000 guerreros. Pero hay un ejército de 135.000 hombres contra Israel. Sin embargo, Jehová al ver que se juntó mucho pueblo le dice a Gedeón: ‘Tienes demasiados hombres.’ ¿Por qué le habrá dicho eso?
Dios le dice eso porque  si los israelitas ganaran la guerra con todos esos hombres, podrían pensar que la habían ganado por sí mismos porque eran muchos o buenos guerreros y que no necesitaban la ayuda de Jehová para ganar. Por eso Jehová le dice a Gedeón: ‘Di a todos los que tengan miedo que vuelvan a su casa.’ Cuando Gedeón hace esto, 22.000 guerreros se van!!!!. Eso le deja solo 10.000 hombres para pelear contra los 135.000 soldados.

Sin embargo  Jehová dice: ‘Todavía tienes demasiados hombres.’  Se imaginan?!!!!! El ejército de los madianitas era trece veces más grande!!!! Y  Dios seguían encontrando que eran muchos israelitas!!!!! Cuanto hombres querrá enviar Dios???? Veamos….. Así que le dice a Gedeón que haga que los hombres beban agua de un río y que entonces mande a casa a todos los que bajen su cara al agua para beber y solo deje a los hombres que se llevan el agua a la boca con las manos, hecho estos solo quedaron 300 hombres!!!!.  Dios le dice a Gedeón: ‘Te daré la victoria con los 300 hombres que han seguido vigilando mientras bebían,’ promete Jehová.



Los soldados de Gedeón beben agua mientras miran a su alrededor




Veamos porque Dios solo dejo a estos 300 hombres: Primero como dice más arriba para que los israelitas supieran que fue Dios quien les dio la victoria pues humanamente era imposible que solo 300 hombres le ganaran a 135.000, pero Dios peleo por ellos y les dio una estrategia que les permitió vencerlos, y segundo porque esos hombres estuvieron atentos, es decir, cuando fueron a tomar agua tuvieron precaución de no solo saciar la sed que tenían sino que lo hicieron vigilando que no lo fuera atacar el enemigo.
Estas dos cosas debemos aplicarlas en nuestra vida, primero sabiendo que Dios es quien nos da la victoria en todas nuestras batalla y es quien no da todas las cosas… nada es por mérito propio sino todo porque Dios es bueno, y segundo que en nuestra vida espiritual debemos actuar como estos hombres estando atentos y no concentrarnos solo en nuestras necesidades básicas.. .Debemos saber que hay un enemigo que nos quiere destruir y Dios nos manda a vigilar y a poner nuestra vista primero en las cosas del reino para poder vencerlo.

Dios nos ayude a siempre estar atentos a su propósito ya lo que él quiere hacer…!!!

noviembre 10, 2015

Lo que agrada y no agrada a Dios



 Esta semana vimos con los niños una clase muy sencilla pero súper enriquecedora para ellos. Muchas veces es difícil quizás lograr comprender en su totalidad todas las cosas y como agradar  a Dios en nuestro diario vivir y más bien en nuestros quehaceres cotidianos, como cuando vamos al colegio, cuando estamos en la casa o incluso cuando estamos en la iglesia. Si bien los niños no conocen aun a cabalidad las escrituras les intentamos mostrar una forma práctica de que en sus quehaceres diarios lograran entender a Dios y agradarlo con las cosas que hacen. Se les asemejo la identidad de Dios como la de una persona tal cual lo somos nosotros y que por lo tanto  y ellos guiados por su conciencia y por el Espíritu Santo podían preguntarse si a Dios le Agradaría tal o cual actuar en nuestras vidas. Cuando comprendieron que Dios siente así como una persona y que, por lo tanto, se entristece, se alegra, se enoja, etc., les fue más fácil ir identificando que cosas hacían que no le estaban agradando a Dios, por ejemplo,  cuando en el colegio pelean con alguien, cuando no le obedecen a los padres, o simplemente cuando en la iglesia en lugar de poner atención a la palabra, se distraen con los celulares, jugando etc.
También se puso énfasis en que ellos desde ya deben dedicar un tiempo de su día al Señor, ya sea orando, leyendo su palabra, o dedicándole en su mente palabras de adoración a Él.  Más allá de que es responsabilidad de los padres comenzar a guiarlos en la búsqueda a Dios, ellos también ya pueden comenzar a cultivar su relación con El.

Actividad: Se le entregó a cada niño paletas (como letreros) con una carita feliz y una carita triste, a medida que se desarrollaba la clase se fue mencionando distintas cosas que hacemos a diario y ellos deberían discriminar si esas cosas agradaban o desagradaban a Dios, es decir, si lo ponían feliz o triste, según lo que ellos creyeran levantaban la carita de feliz o triste. Esto permitió una importante participación y meditación de los niños.

Finalmente se les pidió pasar adelante a cada uno para comprometerse a comenzar a hacer algo que pusiera feliz a Dios y a dejar de hacer algo que lo entristeciera.
















 Proverbios 22:6


 “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”

noviembre 03, 2015

LA Historia de José, Amor y Perdon (2 Parte)

Pasado lo que vimos la semana pasada Jose fue llevado como esclavo a Egipto y presentado a Potifar un hombre de confianza del gobierno egipcio de mucho dinero e importancia. Este hombre al ver que Jose era inteligente y sabia de números y letras lo puso a cargo de su casa, sin embargo, la esposa de Potifar trato de seducirlo y Jose no lo acepto. Por tanto esta mujer por rabia le dijo a su esposo muchas mentiras de Jose por lo que lo enviaron a la cárcel. Sucedidas todas estas cosas pasó que Jose interpretó un sueño de Faraón y luego que Faraón encontró impresionante su interpretación lo puso a cargo del reino. Solo Faraón estaría sobre Jose. Luego de sucedido lo que Jose interpreto del sueño de Faraón, y contento porque Dios lo había honrado en la tierra que fue de aflicción, paso que se comenzó a cumplir el sueño que Faraón había tenido. Sin embargo Jose nunca olvidó su casa y su familia, sobretodo a su padre.


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Al acabar los siete años de abundancia en Egipto, llegó el hambre, y el pueblo clamaba al faraón, que les decía que fueran a José e hiciesen lo que él dijera. Mucha gente fue a comprarle trigo a José, no sólo de Egipto, sino también de otras tierras.
El hambre también golpeó las tierras de Canaán, y en especial Beerseba, donde vivía Jacob, el padre de Jose, con su gente. Enterados de que en Egipto había trigo, envió a sus diez hijos mayores a Egipto dejando a Benjamín, el menor de todos, a su lado. Los diez hermanos llegaron hasta la corte del faraón para pedir ayuda, y se presentaron ante José, al que no reconocieron porque estaba muy cambiado y además vestía como egipcio.
Pero José sí los reconoció a ellos, pero disimuló y les preguntó a través de un intérprete de dónde venían. Sus hermanos le contestaron que venían de Canaán para comprar alimentos, pero él los acusó de ser ladrones y espías. Ellos, consternados, le contestaron que todos eran hermanos, hijos de Jacob. José les replicó “¿Como puede ser un hombre tan rico en hijos?”, y ellos explicaron que en realidad eran once hermanos, pero que el menor de todos se había quedado con su padre. José mandó encerrar a sus hermanos en la cárcel durante tres días, y durante este período ellos reflexionaron sobre todo el mal que le habían hecho a José. Éste, que los escuchaba, tuvo que retirarse debido a la emoción que le causaban sus palabras. Al cabo de los tres días, José los liberó y declaró que llevarían trigo a Canaán, pero, para demostrar la veracidad de sus palabras, deberían volver y traer consigo al hijo menor, Benjamín. Mientras tanto, tomó a Simeón como rehén y lo encerró. Además, metió en las alforjas de sus hermanos el dinero que ellos habían pagado por el trigo.

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Cuando regresaron a Canaán, los hermanos quedaron consternados al ver en sus alforjas el dinero que habían pagado, y temieron que los egipcios pudiesen utilizar esta situación para convertirlos en esclavos y despojarlos de sus bienes. Le contaron todo lo sucedido a su padre, y Jacob se entristeció por Simeón, pero les contestó que no iban a volver a Egipto con Benjamín porque ya había perdido a José y no soportaría perder también a Benjamín, el único hijo que le quedaba. Pero la sequía y escasez continuaron y, tras mucho insistir, Rubén y Judá consiguieron que Jacob transigiera, y los hijos de Jacob volvieron a Egipto con Benjamín.
Al volver a Egipto, los hijos de Jacob fueron recibidos por el mayordomo de José, que les dijo que no debían preocuparse por el dinero y además los reunió con Simeón. Todos fueron invitados a la casa de José, a quien le dieron regalos de parte de su padre. José se alegró especialmente de ver a Benjamín después de tanto tiempo, hasta el punto de retirarse a sus habitaciones a llorar de la emoción. Tras recuperarse, José invitó a sus hermanos a un banquete, en el que los acomodó por orden de edad. Al ver esto, se sorprendieron mucho, pero el mayordomo de José les explicó que pudo adivinarlo gracias a su copa de plata, que era mágica. Todos comieron y bebieron felizmente; en especial Benjamín, que recibió más y mejor comida que sus hermanos.
Cuando los esclavos estaban llenando de trigo las alforjas de los hermanos, José decidió ponerlos a prueba e introdujo su copa de plata en las alforjas de Benjamín. Cuando los hermanos ya se marchaban de la ciudad, fueron alcanzados por los soldados, que los acusaron del robo de la copa. Éstos negaron el hecho, pero los soldados revisaron las alforjas y, para sorpresa de los hijos de Jacob, la copa apareció en la de Benjamín. Entonces los soldados anunciaron que los demás podían seguir su camino, pero que el ladrón debía quedarse. Ninguno de sus hermanos quiso aceptar esto, y todos volvieron con José, quien les recriminó que defendiesen a un ladrón y los instó a volver a su tierra. Sin embargo, sus hermanos replicaron que preferían morir que ver sufrir nuevamente a su padre, quien ya sufrió el dolor de la pérdida de un hijo predilecto y no podría volver a soportarlo.
Entonces, José expulsó a los soldados y a los esclavos y rompió a llorar a gritos, con tanta fuerza, que sus llantos se oyeron hasta en el palacio del Faraón. Al ver que habían cambiado y que estaban dispuestos a dar la vida por su hermano menor, José por fin se dio a conocer a sus hermanos. Éstos enmudecieron de asombro y de miedo al pensar que, probablemente, querría vengarse de ellos, pero José los calmó, diciendo “No os preocupéis, que todo fue obra de Dios, era necesario que yo viniese a Egipto para que nuestro pueblo, Israel, sobreviviera en este tiempo de escasez y hambruna”.
Al enterarse el Faraón de lo sucedido, mandó a decir a José que invitase a Egipto a Jacob y a su pueblo, pues deseaba regalarles tierras de cultivo en agradecimiento por cuanto José había hecho por los egipcios. Los hermanos de José volvieron a Canaán, cargados de regalos de Egipto, y le contaron todo a Jacob; éste, lleno de alegría, partió con toda su familia rumbo a Egipto. Al encontrase padre e hijo, Jacob exclamó “¡Agradezco infinitamente a Dios porque me ha dado por segunda vez a mi hijo querido, Él obra de manera misteriosa!”. José le pidió que se quedara a vivir sus últimos años con él y también que se quedase todo su pueblo. Él aceptó, con la condición de que los restos mortales fuesen llevados nuevamente cuando el pueblo regresase a “Canaán, La tierra prometida”.

Jacob y su familia vivieron entonces en la tierra de Gosén, un lugar destinado al pastoreo del ganado en el Alto Egipto, que en tiempos predinásticos habían dominado Egipto. José falleció cuando tenía ciento diez años de edad. Muchos años después, cuando guiados por Moisés, los hebreos dejaron Egipto y llevaron consigo los restos de Jacob y José.
ESTA HISTORIA ES HERMOSA Y NOS ENSEÑA MUCHOS PRINCIPIOS QUE DEBEMOS PRACTICAR EN NUESTRA VIDA. PERO ESTA VEZ PONDREMOS ATENCIÓN EN QUE QUE SIEMPRE EL AMOR Y EL PERDÓN DEBEN PREVALECER EN NOSOTROS  SIN IMPORTAR LO QUE NOS HAYAN HECHO. A VECES ES MUY DIFÍCIL SOBRE TODO CUANDO EL DAÑO LO HACEN PERSONAS QUE AMAMOS, COMO LE PASO A JOSÉ, SIN EMBARGO DEBEMOS PEDIRLE AYUDA AL SEÑOR EN ESTOS PROCESOS PUES ASÍ COMO EL NOS PERDONÓ NOS MANDA A NOSOTROS A HACER LO MISMO.