La Burra de Balaam

Historia 

Miguel Ángel tenía un gran deseo de asistir a un congreso que habría en su ciudad, se apuró a hacer la tarea y a ayudarle a su mamá con la limpieza de la casa para pedir permiso, terminó y dijo a su mamá - “mamá, me das permiso de ir al congreso que habrá esta tarde en el centro”. Su mamá le dijo: “esta tarde no es posible, nosotros vamos a salir y no queremos que salgas”. Miguel Ángel se puso tan triste y confundido por que, cómo era posible que su mamá no le diera permiso de ir. En ese momento…

le hablaron por teléfono, era Xavier su compañero de escuela dominical, le dijo” ¿Vas a venir, te estamos esperando? Él dijo, “No”. Xavier dijo, “Miguel Ángel, es algo de Dios, tú puedes ir a ese lugar, Dios es más importante que todo”, en ese momento Miguel Ángel recordó que la Palabra dice que debemos de obedecer a nuestros padres y que a Dios le agrada la obediencia. Entonces él dijo, “no iré”, y le dijo a Xavier lo que la Palabra dice que debemos hacer.

La Burra de Balaam    (Numeros 22: 1-35)

Los israelitas acamparon en las estepas de Moab, a la altura de Jericó.

* Cuando los moabitas se enteraron, tuvieron mucho miedo por que los Israelitas era un pueblo numeroso y poderoso.

* En ese tiempo Balac era el rey de Moab.

* El rey mandó llamar a Balaam para que viniera a maldecir al pueblo de Israel.

* Cuando las personas que fueron enviadas a Balaam llegaron, él les invita a pasar allí la noche, después de que ellos le dijeron para qué lo llamaba el rey.

* En la noche, el Señor se le apareció a Balaam y le dijo que no los acompañara y que no podía decir nada en contra este pueblo.

* A la mañana siguiente les dijo que regresaran a su tierra, que él no podía acompañarlos por que el Señor no quiso que fuera con ellos.

* Ellos regresaron y le dijeron al rey que Balaam no quería ir con ellos.

Entonces el rey Balac envió a otros hombres más distinguidos a hablar con Balaam, pidiendo lo mismo, que maldijera al pueblo de Israel.

* Y él dijo, que aunque el rey le diera su palacio, él no podría hacer nada y también los invitó a pasar la noche ahí.

* Esa noche el Señor le dijo a Balaam que fuera pero que solo podía hacer lo que Él ordenara.

* Balaam se levantó en la mañana, ensilló su burra y partió con los gobernantes a Moab.

* Cuando iba en el camino el Señor se enojó y se hizo presente con la intención de no dejarlos pasar, cuando la burra vio al ángel del Señor con la espada desenvainada se apartó del camino para meterse en el campo. Y Balaam la golpeó para hacerla volver.

* El ángel del Señor se detuvo en un sendero con cercos de piedra a los dos lados, cuando la burra vio al ángel se arrimó contra la pared y lastimó el pie de Balaam. Balaam volvió a pegarle.

* El ángel del Señor se les adelantó y se detuvo en un lugar más estrecho, donde ya no había hacia donde hacerse, cuando la burra vio al ángel se echó al suelo con Balaam encima, se enojó tanto que le pegó a la burra con un palo.

* El Señor hizo hablar a la burra y ella le dijo a Balaam: se puede saber que te he hecho para que me hayas pegado tres veces? El respondió “te has venido burlando de mí, habría tenido una espada en la mano, te habría matado de inmediato”, la burra respondió, apoco no soy la burra sobre la que siempre has montado, hasta el día de hoy?, alguna vez te hice algo así? “No”, respondió Balaam.

* El Señor abrió los ojos de Balaam y vio al ángel, entonces Balaam se postró.

* ¿Por qué has golpeado a la burra? ¿no te das cuenta que Yo no te quería dejar pasar por que tus caminos son malos? de no haber sido por ella tú estuvieras muerto y ella viva.

* Balaam dijo al ángel que había pecado y por eso se regresaría.

* El ángel le dijo que fuera pero que hiciera solo lo que el Señor le dijera.

* Balaam se presentó delante de Balac y le dijo que no podría decir nada que no saliera de su boca. Así que, al fin, solo bendijo al pueblo de Israel, no los maldijo como quería Balac.

Sección de preguntas:

1 ¿Cuál era la orden para Balaam de parte del rey?

R. Que maldijera al pueblo de Israel.

2 ¿Cuál fue la orden de Dios para Balaam?

 R. No maldecir al pueblo.

3 ¿Por qué la burra de Balaam no quería continuar caminando?

 R. Por que vio al ángel del Señor en medio del camino.

4 ¿Según Dios, cómo era el caminar de Balaam?

 R. Malo.

5 ¿Qué le hizo reconocer a Balaam la presencia de Dios?

R. Su pecado.

Lección Principal: Ni lo Pienses

¿Cuántas veces les has pedido algo a tus padres, algo que lo primero que te dijeron fue ‘no’, pero tú continuaste pidiendo hasta que se rindieron y te concedieron aquello por lo que estuviste dando lata? ¿Esto nos pasa todo el tiempo, no? Nosotros nos podemos quedar con cosas si tan solo seguimos insistiendo. En ocasiones también nos entrampamos en lo mismo con Dios, pero Dios no deseaba que insistiéramos con El.

Hoy aprendimos de dos diferentes chicos que hicieron esto, persistieron pidiendo para que se hiciera lo que ellos querían, Balaam casi pierde su vida por esta situación. En nuestra historia vimos que Balac constantemente pedía que Israel fuera maldecido y Balaam se aferraba para que Dios le dejara hacerlo.

En algunos aspectos, nuestros padres están con nosotros, así como estaba Balaam y Balac, sin embrago hay una diferencia entre Dios y nuestros padres. Nuestros padres son humanos y se equivocan. Ellos intentan ser buenos padres, pero algunas veces se cansan o son

débiles y te dejan salirte con la tuya cuando no deberían hacerlo.

Pero Dios tiene más cuidado de nosotros en cómo nos entrena como sus hijos. Balac, en la historia de hoy quería que le enviaran una maldición al Pueblo de Dios, pero Dios no lo dejaría, intentó convencerlo de diferentes maneras, pero Dios no se dejó. Así hay ocasiones en las que nuestros padres son débiles y te dejan salirte son la tuya cuando no deberían hacerlo. Dios nos dice “ni lo pienses”. Si seguimos empujando para lograrlo pueden pasar dos cosas. La primera es que Dios lo permitirá y sufriremos las consecuencias (como Balaam que casi es cortado en dos partes con una espada invisible) o la segunda será que Dios nos dará un rotundo NO. Así que es mejor obedecer a Dios desde un principio en vez de continuar empujando por lograr lo que deseamos.