abril 13, 2014

BUENOS PADRES: PADRES VALIENTES

Proverbios 20:7 
“Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos después de él.”

Como hombres y mujeres cristianos tenemos muy claro y asimilado que para ser buenos padres se necesita una gran dosis de amor, paciencia, ecuanimidad, comprensión, disciplina, flexibilidad, para mencionar sólo unos cuantos. Pero quizás lo que más necesitamos para formar hijos dotados de las virtudes y capacidades que les permitan llegar a ser unos buenos seres humanos es ser padres valientes, es decir tener la fortaleza necesaria para hacer lo que más les conviene a los hijos, por duro que sea.

El compromiso de ser padres nos coloca a diario en situaciones que requieren mucha valentía para no tomar el camino fácil y privar a los hijos de los límites que son vitales para que no sólo se rijan los principios que les inculcamos, sino que tengan la fortaleza para ponerlos en práctica.

Por ejemplo:

- Para no darles nada más de lo que estrictamente se merecen por mucho que rueguen que quieren más
- Para no ayudarles a hacer la tarea que no cumplieron a tiempo así pierdan la materia en la que no habrá supervisión de adultos con autoridad así  sea "la única que no podrá ir"
- Para no permitirles quedarse en casa en días de culto porque tiene una prueba en el colegio

Lo que nuestros hijos necesitan no son padres condescendientes y que vivan dedicados a darles todo.  Sino padres valerosos, capaces de cuestionarnos  y tener la fortaleza seria y profunda  en la formación de sus hijos, para formarlos como personas correctas por difícil o doloroso que pueda resultarles
Muchos de los problemas de los hijos hoy en día son el resultado de confundir el ser buenos padres, es decir valientes, con ser padres condescendientes.


- Los padres condescendientes trabajan muy duro con el fin de ofrecerle todo a sus hijos;  pero lo que necesitan ellos son padres valientes que trabajen duro en ellos mismos para darles lo mejor de si
- Los padres condescendientes se miden por lo mucho que gastan en sus hijos, mientras que los padres valientes se miden por lo que gana su familia con su trabajo
- Los padres condescendientes hacen lo posible por resolverles todos los problemas a sus hijos mientras que los padres valientes los dejan enfrentarlos, permitiéndoles aprender de ellos.
- Los padres condescendientes tratan de evitarles sufrimientos a los hijos, mientras que los padres valientes procuran dotarlos de las herramientas necesarias para superarlos;  -
- Los padres condescendientes se miden por los beneficios económicos que su éxito profesional le ofrece a su familia, mientras que los padres valientes lo que tienen en cuenta es qué precio están pagando sus hijos por su éxito profesional.

Es urgente comprender que el poder que como padres tenemos sobre los hijos no lo utilicemos para remediar las carencias que les dejamos por nuestras debilidades y perpetuarlas en nombre de una "bondad" mal interpretada.


DIOS NOS CAPACITE COMO PADRES

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