Proverbios 20:7
“Camina en su integridad el
justo; sus hijos son dichosos después de él.”
Como hombres y mujeres cristianos tenemos muy claro y
asimilado que para ser buenos padres se necesita una gran dosis de amor,
paciencia, ecuanimidad, comprensión, disciplina, flexibilidad, para mencionar
sólo unos cuantos. Pero quizás lo que más necesitamos para formar hijos
dotados de las virtudes y capacidades que les permitan llegar a ser unos buenos
seres humanos es ser padres valientes, es decir tener la fortaleza necesaria
para hacer lo que más les conviene a los hijos, por duro que sea.
El compromiso de ser padres nos coloca a diario en situaciones que
requieren mucha valentía para no tomar el camino fácil y privar a los hijos de
los límites que son vitales para que no sólo se rijan los principios que les
inculcamos, sino que tengan la fortaleza para ponerlos en práctica.
Por ejemplo:
- Para no darles nada más de lo que estrictamente
se merecen por mucho que rueguen que quieren más
- Para no ayudarles a hacer la tarea que no
cumplieron a tiempo así pierdan la materia en la que no habrá supervisión de
adultos con autoridad así sea "la
única que no podrá ir"
- Para no permitirles quedarse en casa en días de
culto porque tiene una prueba en el colegio
Muchos de los problemas de los hijos hoy en día son el
resultado de confundir el ser buenos padres, es decir valientes, con ser padres
condescendientes.
- Los padres condescendientes trabajan muy duro con
el fin de ofrecerle todo a sus hijos; pero lo que necesitan ellos son
padres valientes que trabajen duro en ellos mismos para darles lo mejor de
si
- Los padres condescendientes se miden por lo mucho
que gastan en sus hijos, mientras que los padres valientes se miden por lo que
gana su familia con su trabajo
- Los padres condescendientes hacen lo posible por
resolverles todos los problemas a sus hijos mientras que los padres valientes
los dejan enfrentarlos, permitiéndoles aprender de ellos.
- Los padres condescendientes tratan de evitarles
sufrimientos a los hijos, mientras que los padres valientes procuran dotarlos
de las herramientas necesarias para superarlos; -
- Los padres condescendientes se miden por los
beneficios económicos que su éxito profesional le ofrece a su familia, mientras
que los padres valientes lo que tienen en cuenta es qué precio están pagando
sus hijos por su éxito profesional.
Es urgente comprender que el poder que como padres tenemos
sobre los hijos no lo utilicemos para remediar las carencias que les dejamos
por nuestras debilidades y perpetuarlas en nombre de una "bondad" mal
interpretada.
DIOS NOS CAPACITE COMO PADRES
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