octubre 17, 2012

¿A que edad los niños están preparados para dormir solos?


"Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba" Salmo 3:5


Todos los bebés después de los tres meses están preparados para dormir solos, ya que necesitan su propio espacio y esto los enseña a desarrollar su sentido emocional y autónomo. Entre más tiempo pase, más complicado es enseñarles a dormir solos.
Cualquier rutina y procedimiento debe ser progresivo, pero sobre todo consistente. Si los niños responden satisfactoriamente a éstos, es conveniente premiarlos o hacerles mención de su buen comportamiento de la noche anterior, pero si no es así no la regañes.
Los padres tienen que escoger unos elementos externos que el niño asocie al dormir, como el tener un osito que el niño pueda abrazar al dormir. Lo esencial es que le des algo que le puedas dejar, porque eso le dará seguridad. Si la duermes dándole la mano o cantándole, cuando se despierte a medianoche reclamará la canción o la mano. Pero si le dejamos un osito, cuando se despierte y lo vea se tranquilizará y seguirá durmiendo.
Recuerda que ordenar el sueño de tu bebé es una tarea familiar de la que deben participar tu esposo y tú, alternándose en la atención de ese momento tan especial.
Retirar a tu hijo de tu cuarto y llevarla a su propio dormitorio no será una tarea sencilla, pero tampoco es imposible. Debes ser consistente una vez iniciado el proceso.
Estos consejos  pueden ser de gran utilidad para cuando llegue el momento:
  1. Lo primero y más importante es enseñarle que Dios es quien vigila nuestro sueño y que debe orar por protección y cuidado. 
  2. Ten bien claro que este paso es tan importante para el bebé como para los padres. Cada cual necesita de sus propios espacios.
  3. Es importante que tu hijo colabore con la decoración de su nueva habitación. Hay que explicarle, hablarle con tranquilidad. Si bien es pequeño, el tono tranquilizador y seguro de nuestra voz influye mucho. Al comienzo, puede ser conveniente hacerlo dormir en brazos (sólo si está acostumbrada a esto) y luego colocarlo en la cuna o cama.
  4. Inventa una rutina antes de acostarla, para que vaya comprendiendo que es hora de dormir: ponle la pijama, cántale una canción o cuéntale un cuento, pero sin olvidar la oración (es lo principal) solito se dará cuenta que esta rutina la invita a descansar. Si se despierta y llora puedes ir a su cuarto y hablar con el, tranquilizarlo, pero no llevarlo nuevamente a tu cuarto.
  5. Lo mejor es no dejarle alguna luz encendida, debe comprender que la oscuridad no es motivo de temor, sino que es la hora de descansar. Se deben respetar los mismos horarios que cuando dormía en la habitación de sus padres, para no cambiar varios hábitos de una sola vez.
  6. Puede llorar, pero no solo, si llora, entramos en el dormitorio y le decimos con amor "tu duermes aquí, Dios te está cuidando y envió a sus ángeles esta noche para que vigilen tu sueño, estás en tu camita, adiós cariño". Si sigue llorando, volveremos a entrar, le repetiremos lo mismo y saldremos. El objetivo de entrar en la habitación cuando llora no es que se calle y duerma, sino que vea que están con él.
  7. No hay que pensar que el cambio será de un día al otro y sin tropiezos, la adaptación será gradual, inclusive, es común que pasado un tiempo en que ya dormía solo y tranquilo, pida volver al cuarto de sus padres. Esto no responde a un retroceso, es algo que suele darse, es una respuesta común a esta nueva experiencia. 

El libro de los Salmos nos dice claramente en el capítulo 4 "En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiadoDios es nuestro guardián, ese que cuida nuestros dueños y que nos hace dormir en confianza y paz cuando nos entregamos a su cuidado y  su dirección.



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