Los niños y las niñas de
hoy están diseñados en formatos 2012.
Que divertido y práctico
para algunos padres o tal vez que extraño para otros,
pero los niños del siglo
XXI vienen como programados para esta época.
Antes de hablar bien ya
saben usar un teléfono. Aprenden a manejar un Ipad con mayor rapidez que muchos
adultos. Navegan en Internet buscando sus propios juegos, saben cuál es
la diferencia entre comida saludable y comida rápida o “chatarra”.
Los niños y las niñas de
hoy ya casi no piden muñecas, casitas o carritos; prefieren juegos de
video, notebooks, celulares, ropa…
Tienen vida social.
Crecen con grupos de amiguitos(as) de la sala cuna o del jardín y comparten en
fiestas infantiles inspiradas en personajes de los programas de
televisión.
Antes de caminar ya han
recibido estimulación temprana, por eso entran a piscinas como pececitos, o
cantan y llevan ritmos, memorizan canciones….
Desarrollan de forma
temprana la ubicación temporal; saben cuando y a qué hora dan sus programas
favoritos, a qué hora llega mamá o papá y cuándo es tiempo de dormir… no es tan
sencillo engañarles.
Se ubican en lugares
mejor de lo que muchos de nosotros logramos hacerlo. Saben que cerca esta
el local de comida rápida, o que a la vuelta esta la venta de helados. Casi
huelen que están cerca de la casa de su abuelita, de la tía favorita, de su
mejor amigo…
No son amantes de los
abrigos, sombreros, bufandas y cuanto artefacto sienten que les coartan su
capacidad de movimiento…
Pero los niños de hoy…
Deben enfrentarse de
forma muy temprana a temas de abuso. Debes decirles y advertirles de
potenciales peligros y de cuidados que deben tener para con su cuerpo.
Tienen que andar
siempre cerca de sus padres o cuidadores, pues corren los mismos
riesgos que hoy en día corremos los adultos cada vez que salimos a la calle
Deben vivir en lugares
residenciales o en zonas resguardadas por guardias, alarmas o
dispositivos de seguridad. Se han visto privados de la grata
experiencia que tuvimos muchos adultos cuando éramos niños y niñas y
jugábamos en potreros, en el campo, o incluso en la calle.
Dependen de una cajita
que usan sus padres o un adulto para seleccionar los canales de televisión que
pueden ver, pues de lo contrario se ven expuestos a programas con altos
contenidos sexuales que se transmiten, ahora, en cualquier momento del día.
Tienen que saber
enfrentar a un Bully (matón) desde edades muy tempranas. Son víctimas de
discriminación por ser diferentes. Ya no importa de que color sea
tu cabello o el tono de tu piel; igual te rechazan si eres el único moreno en
tu clase o si eres el único rubio de ojos claros.
Deben recortar los
tiempos de juego para cumplir con tareas, clases de piano, fútbol,
ballet, karate, etc.
Son bombardeados por
publicidad y consumo, dirigida específicamente a una población
vulnerable: los niños y las niñas.
La inocencia es una
virtud en ellos y ellas. Pero hoy más que nunca están expuestos a renunciar a
mucha de esa inocencia para que puedan sobrevivir en un mundo que ya no está
hecho para ellos y ellas.
Por eso, no pierda la
perspectiva. Usted como adulto puede hacer mucho al respecto:
-
Defienda su niñez: recuérdele día a día que ellos y ellas son los pequeños y
que los adultos estamos para cuidarles.
-
De ninguna manera les pida que asuman roles o tareas de adultos. No es
recomendable hablarles de trabajos que corresponden a adultos, ni
pedirles consejo, ni asumir que deben ser su paño de lágrimas cuando usted
enfrenta un problema.
-
Promueva ante todo el goce del juego. A muchos adultos se les olvidó o
borraron de su memoria su capacidad de jugar. Es un buen momento para que usted
se reencuentre en los juegos. Permítales que dirijan el juego y adáptese
al rol que se le asigna. Ellos y ellas no necesitan que usted les enseñe
a jugar, esa ya es una capacidad innata con la que cuentan. Permita que le
refresquen la memoria y déjese llevar a un mundo de fantasía y
color.
-
Eduque en independencia más no en abandono. Una cosa es fomentar las conductas
de independencia y otra muy distinta es dejarlos en el abandono; perder de
vista lo que hacen, con quien interactúan y no fomentar espacios de conversación.

- Monitoree las actividades.
No se trata de censurarles todo. Se trata de brindar acompañamiento. Por
un lado descubre qué es lo que les está interesando y por otro lado va
delimitando de forma más certera lo que considera necesario.
-
Antes de censurar o clausurar; infórmese, establezca límites con respecto a uso de estos
intereses y altérnelo con otro tipo de actividades; andar en bici, jugar a la
pelota, vestir muñecas..
-
.
Los niños y las niñas de
hoy tienen mucho por enseñarnos. Están dotados de la ternura y la inocencia
que tanta falta le hace hoy al mundo. De ellos y ellas podemos reaprender
la capacidad de amar y perdonar.
Los niños y las niñas de
hoy son el regalo de Dios y de la vida en un mundo lleno de adultos que
olvidaron lo que era ser niños.
QUE DIOS NOS BENDIGA
No hay comentarios:
Publicar un comentario