El mayor anhelo de muchos padres es: tener “hijos profesionales”; y no están investigando si es la vocación a la cual Dios los está llamando. “Solo seremos felices cuando hagamos aquello para lo que fuimos creados”. Un padre sabio debiera investigar más las inclinaciones de sus hijos, Proverbios dice: “Instruye al niño en su camino”; eso es: “padre tienes que conocer a tu hijo tan profundamente que sepas que inclinación Dios le dio” (a ser artista, deportista, ingeniero, mecánico).
El “camino del niño”, es la inclinación que Dios puso en él; para poder descubrirla el padre necesita ser un permanente investigador de su hijo. Así durante el tiempo que ejerza su paternidad irá descubriendo sus dones y talentos; ayudándole a que desarrolle su vocación de mejor manera.
La iglesia juega un papel importantísimo en la formación valórica de las personas; la iglesia no puede corregir lo que los padres destruyen. Los padres tienen que aprender a vivir su fe.
Los padres tienen que tomar la decisión de vivir su fe en forma práctica, esa enseñanza va a crear en los hijos un recurso apropiado, para que ellos luego digan: “mi padre tuvo una fe que practicó”.


La iglesia se une a eso, y le enseña a los niños a practicar su fe y que ser cristianos no es simplemente asistir a la iglesia, casarse en la iglesia, cantar, llorar, adorar; sino que ser cristiano es vivir la vida cristiana bajo principios bíblicos, entonces esa persona tiene dos fuentes de formación excelentes, primero la formación en valores de los padres y la formación de la iglesia, cuando esas dos fuentes se juntan le entregan un excelente recurso.
Es por esta razón, PADRES, que tenemos la responsabilidad de formar y crear en nuestros hijos e hijas costumbres y hábitos basados en los valores que la educación cristiana trata de entregar a vuestros hijos, fortaleciendo la enseñanza del hogar.
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