junio 06, 2011

Depresión Infantil

La depresión, que antes solo se diagnosticaba en personas adultas, está cada día haciendo sufrir también a los niños. Ya no son sólo los adultos los que se deprimen.

La depresión infantil, puede surgir a causa de cambios importantes y estrés, como resultado de la pérdida de los padres, un divorcio, o problemas familiares, etc. Aproximadamente el 5 % de los niños de la población general padece de depresión en algún momento.

Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida o que tienen desórdenes de la atención o de la conducta, o discapacidades en el aprendizaje, o aún problemas de salud mental, corren mayor riesgo de sufrir depresión.

No hay que apresurarse a sacar conclusiones. Los padre deben estar atentos cuando algún niño presente alguna de las siguientes características:

  • Está continuamente triste, llorando con más facilidad
  • Pierde el interés por los juegos preferidos y por la escuela
  • Se aleja de sus amigos y de la familia
  • Presenta una comunicación pobre
  • Se aburre y se cansa con facilidad
  • Presenta menos energía o concentración
  • Se queda irritable o demasiado sensible frente a pequeñas frustraciones, montando rabietas o berrinches con más facilidad.
  • Se le nota extremadamente sensible hacia el rechazo y el fracaso
  • Expresa baja autoestima, depreciándose a ellos mismos
  • Elige “finales tristes” para sus cuentos y representaciones
  • Se comporta de una manera agresiva
  • Se queja constantemente de dolores tales como de cabeza o de estómago
  • Duerme demasiado o muy poco
  • Come demasiado o muy poco
  • Sufre una regresión, hablando como un bebé u orinándose en la cama
  • Habla de suicidio
  • Habla de escaparse de la casa.

¿Que podríamos hacer?

Quizás llevarlo al psicopedagogo o al psicólogo, es bueno, pero mientras el hogar sea un campo de batalla, no habrá paz, ni se resolverán las cosas.

Solo Dios en la familia, desde el más grande hasta el más chico, tiene la salida a cualquier problema.

Oremos por nuestros hijos, más cuando en el hogar hay discusiones y problemas que afectan su corazón.

JESÚS DIJO, “DEJAD A LOS NIÑOS VENIR A MI, Y NO SE LO IMPIDÁIS”…

DIOS BENDIGA TU FAMILIA

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