
La Historia ha planteado diversas definiciones, rasgos, características, denominaciones y conceptos que buscan esclarecer qué son los niños, estos seres inquietos que revolotean por todas partes, inquietando a su entorno, llamando la atención y demandando afecto y preocupación. Y en esta búsqueda sobre algo que les identifique o les caracterice, es que nos acercamos a la propia experiencia de quienes a menudo comparten o viven con niños. Considerando esto y algunas opiniones de personas con cierta experiencia, se podría decir que los niños vienen en tamaños, pesos y colores surtidos, se les encuentran donde quiera: encima, debajo, trepando, colgando, corriendo, saltando. Las mamás los adoran, las hermanas y hermanos los toleran, los adultos los desconocen o no los consideran y los abuelos los malcrían. Les encantan los dulces, las navajas, las sierras, la navidad, los libros con láminas de colores, los autobuses, el campo, el agua en su estado natural, los animales grandes, las papas fritas y los helados, las locomotoras, los domingos por la mañana, los carros de bomberos, la almohada de mamá, etc. En el fondo, los niños son criaturas mágicas. Se les podrá cerrar la puerta del cuarto de las herramientas, la de la oficina, la de las habitaciones de sus hermanos, la de la despensa, la del baño, y otras, pero nunca jamás se les podrá cerrar la puerta del corazón.
Apreciado lector, lo que buscamos, es esbozar algunas características de estos seres tan maravillosos que reflejan el amor de Dios, no obstante se hace necesario establecer lo que Dios cree sobre ellos y de cómo están presentes en el propósito suyo, tal como lo plantea en el libro del evangelio según San Lucas, cap. 18, versículo 16: “Más Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.” Donde les hace participes de su ministerio y les da su bendición.
Dios ha permitido la existencia de estor seres como muestra de su amor para con el hombre y como reflejo del amor matrimonial. Son una bendición pues alegran vidas con su presencia, son una muestra de esperanza y paz, pero por sobretodo del inmenso amor de Dios, que envía personitas a esta tierra demostrándole al hombre que él sí existe, que es real y que tiene un propósito para cada hombre y mujer que en él cree.
¡¡ Deseamos que Dios bendiga a nuestro Niños y nos de gracia para guiarles en su caminar!!
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